Comunicación Humana en contextos multiculturales
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¿Problemática o Evolución? |
La comunicación humana es definitivamente todo un arte. Tan natural, necesaria y real en la vida, pero paradójicamente, tan confusa o atropellada en la misma práctica. No es necesario ser un erudito para observar las interacciones humanas actuales y darnos cuenta de los problemas que presentan, con signos constantes de desequilibrio o poca asertividad. No tenemos que alejarnos mucho para comprobarlo. Por ejemplo, si miramos nuestro entorno más cercano nos daremos cuenta de ello. Puede que a veces nos cueste entablar una comunicación sana con nuestros padres, con nuestra pareja, con nuestros hermanos o familiares, así como relacionarnos armónicamente con los vecinos, con los compañeros de trabajo, y con la sociedad en general. ¿Le pasa a usted eso?
En los casos mencionados, hago referencia a contextos en los que todos tenemos un sistema de valores comunes y unos códigos de comunicación ya establecidos, lo que hace más fácil y espontánea la comunicación. Mientras escribo esto, hay una voz que me dice: -Oye Israel, no te mientas ni le mientas a las personas. Puede que esos códigos comunes existan, empezando porque hablamos un mismo idioma, pero está claro que NO SON GARANTÍA PARA EL ÉXITO DE LOS PROCESOS COMUNICATIVOS ENTRE INDIVIDUOS-. Y a decir verdad, la prueba está en nuestra cotidianidad. Podemos hablar un mismo idioma, pertenecer a una misma región, tener estilos de vida similares, y aun así ¡manifestamos problemas en nuestra comunicación!
Por consiguiente, si la comunicación humana presenta de por sí unos retos por superar en contextos donde todos tenemos muchas cosas en común o incluso una familiaridad, ¿Qué se puede esperar en contextos donde habitan comunidades, grupos o personas diferentes en nacionalidad o etnia? En otras palabras, ¿Qué puede ocurrir dentro de contextos con interacciones multiculturales? Hablamos entonces de un problema mucho más complejo.
Una de las premisas para que exista comunicación es que se establezcan códigos comunes entre los individuos que participan en dicho proceso, o sea en términos un poco más teóricos, que se estandarice un sistema de comunicación aceptado por la mayoría de las personas, lleno de signos de todo tipo cuyo significado sea común. (Espero no aburrirlo con esto). Al menos eso es lo que naturalmente busca el ser humano actual. Más ésta premisa obviamente tambalea cuando cada grupo o comunidad posee su propio sistema de comunicación, y a su vez, por fuerza mayor deben convivir con otros grupos cuyos sistemas de comunicación son diferentes. Y eso que no hemos sumado las diferencias culturales, aunque vale aclarar que la comunicación y la cultura siempre van ligadas.
A mí me llama mucho la atención los procesos de comunicación humana en los contextos con diversidad cultural porque me generan grandes inquietudes respecto a lo que ocurre realmente en una interacción humana, incluso, más allá del mismo uso del lenguaje. En esta oportunidad, quiero hacer un especial énfasis en los procesos que se pueden estar gestando en las fronteras de los países, como por ejemplo, lo que se puede estar generando en la frontera Colombo Ecuatoriana, donde vemos una especial convivencia entre diferentes comunidades indígenas, afrodescendientes, mestizos, y por supuesto, colombianos y ecuatorianos, sin mencionar el tránsito constante de turistas de todo el mundo por ésta zona de Sur América.
Aunque para serle sincero estimado lector, estos procesos no solo se están gestando en fronteras, sino que es un fenómeno global. El mundo se está volviendo pequeño, hay más facilidad para que personas de diversos países interactúen, y en esto, el internet y las redes sociales han contribuido mucho. Creo que de una u otra forma, las fronteras se están abriendo y es muy común ahora ver personas de diferentes partes del mundo y lenguas compartiendo un mismo espacio o trabajando juntas.
He tenido la oportunidad de presenciar y vivenciar encuentros multiculturales a través de comunidades virtuales a las que pertenezco o en alguno que otro viaje que he realizado. También, gracias a mi trabajo, he podido observar dicha situación dentro de contextos laborales, como por ejemplo en el campo del petróleo, donde es muy común ver personas de diferentes partes del mundo conviviendo y trabajando en equipo con colombianos o latinos en general. Y la verdad, no siempre hay mucha fluidez en éste tipo de interacciones. Tanto así, que he sabido de casos en los que por problemas de comunicación, se han cometido errores que representan grandes sumas de dinero para las organizaciones. Tal vez las que ni usted ni yo manejemos a lo largo de nuestra vida.
Entonces, en un contexto multicultural… ¿En que radica la comprensión o la fluidez de la comunicación entre las personas? Algunos creen que oficializando un idioma, como por ejemplo el Inglés, se puede crear un código común que ayude a la comunicación. Y si es verdad, el oficializar un idioma ayuda mucho. Incluso eso es lo que ha logrado éste idioma alrededor del mundo con bastante éxito. Pero no es suficiente.
Mis observaciones respecto a la comunicación humana apuntan a otra dirección. A una visión, valga la redundancia, más humana que cualquiera. Parto de hechos reales que demuestran que sí se puede habitar fluidamente un contexto multicultural si la comunicación está basada en algunos principios que pasan por encima de los elementos más técnicos o teóricos de la comunicación humana. ¿Por qué ciertos grupos pueden convivir armónicamente pese a su diferencia de lengua o de sistema de valores, habitar una misma geografía y abastecerse incluso de los recursos que la naturaleza les da?
Mi propuesta es: Porque hay algo mucho más profundo en la comunicación humana que sobrepasa los lenguajes, sistema de signos, religión, creencias, ritos, hábitos, etc. Y ese algo se relaciona con algunos valores más universales y antiguos que los mismos códigos creados hasta el momento. Valores como la tolerancia, la empatía, la paciencia, la prudencia, la generosidad, el reconocimiento de sí mismo a través del otro, el respeto a la diferencia, que implica en esencia un respeto hacia el ser humano y hacia la naturaleza. Valores que algunos han estipulado en tratados éticos o religiosos, o que otros relacionan con cualidades del espíritu, pero que en la práctica son DETERMINANTES en las interacciones humanas, y lamentablemente, no son valores que primen en todas las personas, ni que adquiramos a través de la educación formal o en un manual de instrucciones. Son valores adquiridos en la vida misma, aunque estimulados desde diversas fuentes. Y ésta apuesta no es novedosa, siempre ha estado vigente ¡Pero qué fácil la olvidamos! Aristóteles, más de 300 años antes de Cristo, ya le daba importancia a estos aspectos fundamentales de la comunicación entre los seres humanos, y a algunos de los que mencioné los denominaba como “virtudes”, destacando su impacto y efecto en una interacción humana. El mismo Jesús nos dijo: “Ámense los unos a los otros” y que bonito queda esto solo en palabras ¿verdad?
He tenido la oportunidad de conocer personas a las que se les facilita interactuar con gente de diversas partes del mundo pese a que no hablan el mismo idioma. Además, he observado que en la práctica dichas personas crean su propio “código” de entendimiento y éste les funciona, al menos para pasar gratos momentos. Así como también he tenido la oportunidad de vivenciar experiencias por falta de tolerancia. Yo mismo las he vivido.
Las circunstancias actuales, y especialmente, los contextos en los que por fuerza mayor las personas se ven obligadas a interactuar con otros “distintos” a ellos, hacen que el ser humano adquiera unas nuevas habilidades en pro de la convivencia, o como dirían algunos evolucionistas, en pro de la supervivencia. He seguido, por ejemplo los estudios de autores como James Lull, quien afirma que “El mundo biológico y cultural están íntimamente relacionados, y que la comunicación es el motor que impulsa la evolución humana”. En otras palabras, si existen territorios o contextos en los que las personas se han adaptado pese a sus diferencias, es porque de una u otra forma, se requiere hacerlo y es por ello, que la adquisición de algunas habilidades se hace necesaria para el éxito de los retos que el contexto demanda. Y es allí donde hablamos de transformaciones sociales, que incluso pueden impactar al mundo entero. Por eso, estimado lector, si usted vive en un contexto multicultural y ha experimentado situaciones molestas por los problemas de comunicación que se presentan, tal vez está usted en un espacio ideal para que se produzcan grandes transformaciones que beneficien a la humanidad entera y quizá usted no se ha dado cuenta.
Así como se ha creído que el pensamiento lógico, deductivo, o el pensamiento matemático se convierten en armas poderosas para la supervivencia en la sociedad, también se está demostrando ahora que valores o “virtudes” humanas como la tolerancia, la empatía, el respeto a la diferencia o la paciencia, son también habilidades sociales indispensables para sobrevivir en éste mundo actual, y es en los contextos multiculturales donde se están evidenciando éstas transformaciones. Por consiguiente, para un proceso comunicativo armónico en un contexto multicultural se hace necesario que tanto los individuos y los grupos en general trasciendan toda barrera como el nacionalismo extremo y radical, el fundamentalismo religioso o el fundamentalismo del mercado imperante , y por sobre todas las cosas, el “individualismo”. Todos somos UNO, y a su vez, tenemos el derechos de auto expresarnos, y de habitar, desde nuestra diferencia, un mismo planeta.
Ese es el cambio que paulatinamente se está dando en el mundo entero, y considero que lo mejor es adaptarnos a ello. Si lo miramos desde un punto de vista evolutivo, o nos adaptamos o… (Lo dejo a su criterio).
Yo por mi parte, le agradezco que haya leído éste artículo. Espero por supuesto sus comentarios. Y concluyo diciendo: “El respeto a la diferencia y la consciencia de que somos iguales cuando miramos al otro son los pilares hacia la tolerancia y la armonía en las relaciones humanas. Especialmente en contextos de relaciones multiculturales, donde la diferencia de valores y tradiciones podría ser un bloqueo que dificulte la interacción sana y fluida. Pero que si lo miramos con los ojos del amor, no lo es”.
Por:
Israel Muñoz G.
Orientador en Comunicación Humana
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